Hoy
hemos tenido la suerte de recibir nuestra formación en el Hospital
Infantil Virgen del Rocío de la mano del profesor José Francisco
Lozano Oyola, perteneciente al departamento de personalidad,
evaluación y tratamiento psicológico y al grupo de investigación
de pediatría integral y psicología pediátrica. Acudiendo a
entidades públicas conseguimos hacernos más visibles, por lo que
siempre son bienvenidos estos cambios.
La
materia impartida ha tratado sobre la adherencia al tratamiento,
ahondando en lo relativo a las enfermedades poco frecuentes. “La
adherencia es el grado en el que el comportamiento de una persona
-tomar el medicamento, seguir un régimen alimentario y ejecutar
cambios del modo de vida- se corresponde con las recomendaciones
acordadas de un prestador de asistencia sanitaria.” Organización
Mundial de la Salud, 2003.
Hemos
podido conocer algunas de las causas relacionadas con la no
adherencia, como la ausencia de síntomas, la mala relación
paciente-médico y el bajo estatus socio-económico, entre otras, y
sus múltiples consecuencias negativas: el empeoramiento de la
calidad de vida de la persona, mayor probabilidad de recaídas, el
impedimento del control de la enfermedad..., una de las más
significativas es el elevado número de europeos fallecidos
anualmente, 200.000 personas, y el gasto socio-sanitario de los
países, 125.000 €.
El
profesor, de acuerdo a su especialización, se ha centrado más en la
adherencia al tratamiento en niños y adolescentes, transmitiéndonos
información a cerca de cuan importante es el momento de desarrollo
por el que está pasando el paciente infantil, ya que esto
contribuirá a una mayor o menor adherencia debido a las
características de dicho desarrollo.
Hemos
realizado varios ejercicios para llegar a comprender la importancia
de una buena adherencia al tratamiento y apuntar algunos indicadores
favorables a ella, que van desde un fácil acceso al sistema
sanitario, una buena red de apoyo social y familiar, la educación
del paciente sobre la enfermedad hasta un tratamiento no tan complejo, entre otros. Y, gracias a esta formación, conocemos estrategias y técnicas para
una adecuada intervención dirigida a mejorar la adherencia.
Por
lo que nos quedamos con la idea de que mejorar la adherencia puede
tener un mayor impacto en la salud de la población que cualquier
otra mejora específica de los tratamientos médicos. Y que nosotros,
psicólogos, debemos contribuir a ello.
Antes
de acabar esta entrada, mencionar que el 15 de noviembre es el día
de la adherencia y destacar la visita de María de los Ángeles y sus
dos hijos, ambos diagnosticados de distrofia muscular de Duchenne,
para entregarles los caramelos La Violeta (cortesía del encantador
Juan Cruz González), las rosquitas de la Zarza (traídos
directamente por nuestra compañera María del Carmen Jiménez
Salguero) y pasar un rato estupendo con ellos, admirando su fuerza y
valentía ante la vida.
A
modo personal me quedo con la siguiente frase como guinda del pastel:
“Si
la no adherencia al tratamiento fuera una enfermedad, estaríamos
ante una epidemia”
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